¿Cuál es la voluntad de Dios?
Muchas veces nos hemos hecho esta pregunta: ¿Cuál es la voluntad de Dios?
Y, ¿sábes dónde está la respuesta?, exacto, en la Biblia.
Mira lo que dice 1 Tesalonicences 4:3-5:
"La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual; que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honrosa, sin dejarse llevar por los malos deseos como hacen los paganos, que no conocen a Dios;"
Ahí está la respuesta. La voluntad de Dios es que seamos santos a sus ojos. ¿Y cómo somos santos?, honrando nuestro cuerpo. ¿Y cómo honramos nuestro cuerpo?, 1 Corintios 6:19 nos recuerda: "¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños." Cuidemos nuestro cuerpo, alejémonos de las impurezas sexuales, porque así como dice, este es templo de Dios, nuestro único dueño.
Creo que hoy en día uno de los pecados más comúnes y de los que las personas están atados, es la inmoralidad sexual. No solamente es el acto sexual, sino también los pensamientos.
Dios no nos créo para seguir los caminos de los que no creen en Él, "no nos llamó a la impureza, sino a la santidad", todo se resume en santidad.
"Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta." (Romanos 12:1)
Busquemos la voluntad de Dios, agradémosle con nuestra vida, con nuestro cuerpo. Tengamos diariamente un momento de intimidad con nuestro Padre y pidámosle que renueve nuestra mente, que aleje todo pensamiento impuro, que estos puedan subir a su santa presencia. Que Dios tenga autoridad sobre todas nuestras pasiones. Cuidemos nuestra pureza.
1 Corintios 6:20: "fueron comprados por un precio. Por tanto honren con su cuerpo a Dios."
Jesús pagó un precio por todos nosotros, se entregó en la cruz por todos nosotros, murió y resucitó.¿De qué manera podemos agradecerle por ese inmenso amor que nos mostró? Honrándole con nuestro cuerpo, con nuestros pensamientos, con nuestras acciones, con nuestra vida entera.
No dejemos de leer su palabra, no dejemos de tener una íntima comunión con Él, ahi estan todas las respuestas, ahí está su voluntad, que es buena, agradable y perfecta.
Y, ¿sábes dónde está la respuesta?, exacto, en la Biblia.
Mira lo que dice 1 Tesalonicences 4:3-5:
"La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual; que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honrosa, sin dejarse llevar por los malos deseos como hacen los paganos, que no conocen a Dios;"
Ahí está la respuesta. La voluntad de Dios es que seamos santos a sus ojos. ¿Y cómo somos santos?, honrando nuestro cuerpo. ¿Y cómo honramos nuestro cuerpo?, 1 Corintios 6:19 nos recuerda: "¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños." Cuidemos nuestro cuerpo, alejémonos de las impurezas sexuales, porque así como dice, este es templo de Dios, nuestro único dueño.
Creo que hoy en día uno de los pecados más comúnes y de los que las personas están atados, es la inmoralidad sexual. No solamente es el acto sexual, sino también los pensamientos.
Dios no nos créo para seguir los caminos de los que no creen en Él, "no nos llamó a la impureza, sino a la santidad", todo se resume en santidad.
"Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta." (Romanos 12:1)
Busquemos la voluntad de Dios, agradémosle con nuestra vida, con nuestro cuerpo. Tengamos diariamente un momento de intimidad con nuestro Padre y pidámosle que renueve nuestra mente, que aleje todo pensamiento impuro, que estos puedan subir a su santa presencia. Que Dios tenga autoridad sobre todas nuestras pasiones. Cuidemos nuestra pureza.
1 Corintios 6:20: "fueron comprados por un precio. Por tanto honren con su cuerpo a Dios."
Jesús pagó un precio por todos nosotros, se entregó en la cruz por todos nosotros, murió y resucitó.¿De qué manera podemos agradecerle por ese inmenso amor que nos mostró? Honrándole con nuestro cuerpo, con nuestros pensamientos, con nuestras acciones, con nuestra vida entera.
No dejemos de leer su palabra, no dejemos de tener una íntima comunión con Él, ahi estan todas las respuestas, ahí está su voluntad, que es buena, agradable y perfecta.
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